lunes, 26 de marzo de 2012

DE CÓMO SER UN ICONO

Traicioné a mis instintos, a mi razón, a mis maneras... pero me sentía como Dios. Si con mi espectacular juego no conseguía llenar los ojos de los atolondrados directivos, un poco de "sexo oral presidencial" daría el empuje definitivo a mi carrera, que rodeado de estos 22 mantas (bueno, 21, que Ximelez el pobre se manejaba con el balón) nunca conseguiría relanzar. Hice lo que se denomina "una periodista deportiva" o "un presentador de TV". Sé que estuvo mal, pero Lorenzo Sanz esperaba y aquel era el mejor billete al paraíso.
Me llamaron de Marca, diciendo que en unos años me otorgarían el "Marca Leyenda" en gran parte a mi labor como "topo" y en gran parte como mi maestría como putísimo amo del gol. Evidentemente me hicieron una minientrevista, para asegurarse el titulillo de "ya lo adelantó Marca..." como que ellos habían descubierto al que iba a ser el Mejor Futbolista de la Historia.

Llegué a mi apartamento, bastante cómodo, y en lo que tardé en sentarme en un sofá bastante "cool" de cuero y poner Al Salir de Clase (que joder que fea estaba Elsa Pataky sin 19 kilos de maquillaje y 75 operaciones) ya estaba Ximelez picando el timbre, con una litrona y una bolsa de Ruffles Onduladas rogándome que le invitara a pasar al apartamento.
Me contó que le había dejado la novia, y que ahora que Burchet está recuperando la forma después de su lesión por practicar demasiado sexo (no como Boateng, este solo lo hace con feas, que lo sé yo) y peligraba su puesto necesitaba jugar un Crash Bandicoot en mi PSX para desquitarse cogiendo manzanas. Hay a quien le da por llorar, a este básicamente le daba por jugar a la Play. Es gente rara, como esa "jet" que juntaba Sardá para sus programas. Al rato se fue, pero el mamón me dejó sin merienda, se llevó los 2 bollicaos que me quedaban alegando "que el chocolate le subía los ánimos"... Yo sabía que era mentira, pero era tan raro que me daba hasta miedo decirle que no. Creo que fue algo así por lo que el Madrid no desestimó el fichaje de Prosinecki.

Al día siguiente tocaba entrenamiento. El entrenador nos puso por parejas a unos distancias equivalentes a 30 metros, para que tratáramos de hacer los cambios de banda lo más precisos posibles. Sólo diré una cosa: si Xavi Hernández o Xabi Alonso hubieran visto ese entrenamiento... España no sería ahora mismo campeona del mundo. Hubieran muerto de risa.
Hubo como 7 resbalones intentando pegarle a la bola, gente que no llegaba, Macco iba corriendo a todos lados (se nota que le fichamos desde el puesto de recogepelotas), Minanda le dio al de las instalacciones eléctricas, que andaba arreglando un foco para el partido del sábado... UN DESASTRE
El míster, más cabreado que Pocholo sin dinero un fin de semana, nos mandó a correr a todos la media hora que quedaba... OTRO DESASTRE. Salvo Macco, que parecía autista yendo sólo y riéndose (nadie podía seguirle el ritmo), todos dábamos verdadera lástima. Burchet es un tío rapidísimo, eso sí, a partir de los 100 metros recorridos el hombrecillo se viene abajo cual Fernando Hierro en un sprint. Lo mejor de todo es que nos montamos un grupete, y empezamos a hablar de la hermana de Macco, y claro, como el tío iba superadelantado y en su mundo pues ni se enteraba...
Llego el momento de ir al vestuario ya que el entrenamiento finalizó y escuchar la charla del míster de cara al partido del sábado. Sólo dijo : "no seais vosotros mismos, porque como eso ocurra no le ganamos ni a los veteranos de un geriátrico". Creo que todos comprendimos lo sumamente malos que éramos. Se fue.
Llegó el momento de ducharnos y ahí llegaría lo que fue el momento/broma del día. Iouga (el rumano) vs Minanda (el gitano portugués y mala persona). Iouga le escondió todas las toallas que Minanda tenía en su taquilla, asi que cuando salió de la ducha no se pudo secar y dijo: "Robar, sólo robar". Todos nos reímos.

Las cosas grandes son las que se viven entre amigos, y si tienes a Minanda para acrecentarlas pues mejor (Oscar Wilde)

CONTINUARÁ...

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