Mis inicios en la Academia

Ahora era Castolo. Un nombre que no se abrevia, una fuerza de la naturaleza, una especie en extinción. Un gladiador adolescente. Castolo, suena bien decirlo, ¿eh?
No fue duro dejar a la familia. Mi padre trabajaba como guionista en el Show de Xuxa, por lo que no era una persona que antepusiera su familia al trabajo. Mi madre pensaba que el fútbol y el balompié tenían diferentes reglas. La cultura no era una cosa superlativa en mi casa, vamos.

Mi primer dia en la Academia:
Empecé con clases de Lengua Castellana. Recuerdo que tanto Radomir Antic como Michael Robinson hicieron el test inicial conmigo. Obviamente, suspendieron.
Me enseñaron matemáticas básicas y pensé "joder, si no funciono en el fútbol siempre me quedará Gran Hermano"
En clase de química había una alumna de intercambio española, curiosamente en el test de Lengua Castellana sacó peor nota que Radomir y Robinson. Decía que trabajaba como socorrista en una piscina. Se le cayó una probeta y dijo "La he liao parda". Todos nos reímos. Vinieron los policías.

Al acabar las clases recibí una llamada de mi mentor, el señor Lorenzo Sanz. Me preguntó qué tal el primer día de clase. Hablamos durante un rato. Me dijo que un tal Perica Ognjenovic andaba muy ilusionado con mis progresos. Se despidió diciendo "sigue así mi niño" y me llamó Julio César. Creo que se confundió.

Al día siguiente llegó mi primer entrenamiento. Era el primer día en el que nos juntabamos todos.
Un enano llamado Ximelez me dijo que se me veía buena gente, que al acabar el entreno me invitaba a su casa a bebernos unos litros.
Un rubio (creemos que era hombre) llamado Espimas también parecía buena gente, aunque se presentó con una camiseta de los BackStreetBoys y claro, nos mofamos de él.
El portero era un ruso, se llamaba Ivarov. Lo supe desde el momento que se presentó con una camiseta de tirantes y con la música de TATU en un Ford Escort.
Entonces apareció el que sería mi archienemigo durante años. MINANDA. Un hombre creido, con un peinado a lo Carlos Castel el de Disney, con andares chulescos, pero desde el primer momento me demostró que no era de mi estilo cuando se tropezó al bajar de un Mercedes Clase Magreb.
También teniamos recogepelotas, con calidad como los entrenamientos del Barça. Un chaval que se hacía llamar Macco. Sería nuestro Celades, primero recogepelotas y luego tuercebotas. Le dimos una oportunidad, el se creyó que era bueno, su hermana sabía la verdad.

Tuvimos 3 días para conocernos y debutábamos contra un equipo amateur. Creo que eran los padres de los chicos de Cracks. El Mono Burgos pesaba como 30 kilos menos y entró en nuestro vestuario diciendo "Que viva el Heavy!!!!!! Y suerte!!!"
Yo fui suplente ese día, me chafaron las opciones de demostrar mi calidad desde el inicio.
Caían goles como churros, 4-0 en la primera parte perdíamos. Por un momento pensé en dejarlo, lo mismo que piensa Paquirrín cada vez que encuentra un trabajo nuevo.
Tras el 7-0 en el minuto 80, el míster miró al Mono Burgos, que se estaba marcando un Air Guitar, y me llamó. Me dio una hoja, así como Mourinho, yo ni puto caso, me la guardé para el despues de partido, que apuesto a que me sirvió para más. Para 10 minutos iba a seguir indicaciones?
Se retiró del campo Barota, con la lengua por fuera como cuando llevas a tu perro de vacaciones a Benidorm.

Tras un par de jugadas deliciosas, me hicieron una falta al borde del área. Quería pegarla yo, pero el chulo de Minanda se la tomó en propiedad. Yo me incrusté en la barrera. La pegó fatal, pero yo puse el cogote y el balón acabo entrando por la escuadra. Los de Marca no me quisieron dar el gol, pero yo sentí que era mío. Os suena?
Final del partido 7-1. No se hablaba del partido, se hablaba del oportunismo del nuevo crack de la Academia Konami. Había nacido un hombre gol, había nacido CASTOLO IL GRANDE.

CONTINUARÁ